jueves, 28 de julio de 2011

El patetismo, el asco y las urnas


Las elecciones del domingo en Santa Fe dejaron varios puntos a analizar desde todo el arco político y periodístico y dos sorpresas. El candidato oficialista, Antonio Bonfatti, ganó por un estrecho margen a pesar de que la gestión socialista en estos años no ha sido mala; un ex humorista que, al menos de manera honesta confesó que no sabía cómo gobernar en caso de que le tocara hacerlo, sorprendió a todos al llegar al segundo lugar; uno que apoyó la medida más cuestionada del gobierno nacional en ocho años, se llevó una aplastante derrota.

Después del resultado de la primera vuelta en los comicios de la ciudad de Buenos Aires, algo cambió en el ambiente. El oficialismo nacional, luego de revertir la pésima imagen que se ganó durante el conflicto con los sectores agropecuarios, se confió en que la obra de la Presidente sería suficiente para ganar en todas las elecciones. Las oposiciones, vencidas de antemano, se resignaron a conformarse con el segundo lugar, pues nada les haría dudar de la segura victoria en primera vuelta de Cristina Fernández. Pero la increíble cosecha de votos que obtuvo el jefe de Gobierno Mauricio Macri hizo que ese panorama cambiara de golpe: el kirchnerismo pagó el costo de dormirse en sus laureles. Se demostró que no es invencible.

Si a Fito Páez le dio asco que el 47% de los que concurrieron a votar el domingo 10 de este mes optara por la reelección de Macri, será recomendable para él no comer ni salir de su casa. Si cuesta encontrar explicaciones para que el ex presidente de Boca Juniors sea reelegido a pesar de su deficiente gestión en casi todas las áreas (salud, desarrollo social y educación, en principio), más difícil resulta entender cómo el 35% de Santa Fe eligió al ex cómico Miguel Torres Del Sel para que gobierne la provincia, una de las tres más importantes del país. 

La campaña del integrante de Midachi fue corta, efectiva y ascendente, tanto que no es muy arriesgado pronosticar que si las elecciones hubiesen sido dentro de un par de semanas, podría haber sido el ganador. Pero eso es cuestión de tarotistas. Lo curioso es que alguien que admitió no saber nada de política ni tener al lado gente capaz para administrar Santa Fe, logró semejante cantidad de votos

Con un discurso de la antipolítica, haciendo campaña en el living de Susana Giménez (al igual que su mentor, Mauricio Macri) y diciendo que es “un vago” que quiere que los “negritos jueguen tranquilos en la calle”, Del Sel captó la atracción de casi todo el interior de su provincia, que recorrió casa por casa. La única explicación posible es Carlos Reutemann: el ex piloto dijo que es “peronista” pero nunca fue “kirchnerista”, y derivó, casi seguramente de forma intencional, los votos de sus fieles para Del Sel, en vez de para Rossi, aunque el Partido Justicialista (PJ) iba unido. 

Lo siguiente para analizar es la frustración del diputado y candidato Agustín Rossi. Como si las heridas de la Resolución 125 en 2008 todavía siguieran abiertas, Rossi –defensor a ultranza de esa medida- obtuvo un magro 22%, con el que el Frente para la Victoria (FpV) podría empezar a pensar si es conveniente candidatearlo en una próxima vez. La otra sorpresa de los comicios en Santa Fe fue la muy buena elección de María Eugenia Bielsa, hermana de Rafael y Marcelo, que con el 34% ganó en el rubro de legisladores provinciales por la boleta del Frente Santa Fe para Todos, la misma de Rossi. Su buena performance tendrá que ser vista por la cúpula del FpV para tener en cuenta en el futuro inmediato. 

¿Qué hay que hacer en el país para que en política ganen las personas preparadas, que sepan y tengan equipos capaces, y que a la vez sean honestos y cumplan con todas sus promesas? ¿En qué se falló para que la política se haga con Susana Giménez y Marcelo Tinelli y los espacios para el verdadero debate sean muy pocos? Nuestra dirigencia ya debería analizarlo. Yo todavía no me lo puedo explicar.