jueves, 21 de abril de 2011

Las semillas de la Argentina moderna


Cuando en 1853 se sancionó en Santa Fe la Constitución Nacional, el país estaba dividido en dos: la Confederación Argentina, gobernada por Justo José de Urquiza, y la Provincia de Buenos Aires. No obstante ello, fue en ese momento cuando comenzó a forjarse el Estado argentino como hoy es concebido. 

Una vez terminados los conflictos entre la Confederación y la Provincia, con la consecuente unión y formación de la Nación, quedó como Presidente por seis años el liberal Bartolomé Mitre, hasta ese momento Gobernador de Buenos Aires. 

La llegada al poder del posterior fundador del diario La Nación (1870) significó para la oligarquía argentina la posibilidad de mejorar aún más su posición económica, de por sí ya bastante buena debido a las entregas de grandes extensiones de tierras y la ley contra “vagos y malentretenidos”, que legitimaba la persecución a gauchos y pequeños terratenientes

Durante el gobierno de Mitre, en abril de 1865, Argentina entró en guerra con Paraguay y formó la Triple Alianza con Uruguay y Brasil. La guerra, que terminó en 1870 (ya con Sarmiento como Presidente), destruyó Paraguay y redujo su población de 1,3 millones de habitantes a 200 mil, aproximadamente. Mientras tanto, en las zonas rurales de nuestro país los grandes terratenientes fundaron en 1866 la Sociedad Rural Argentina (SRA)

En octubre de 1868 asumió como Presidente Domingo Faustino Sarmiento. Durante el mandato del autor de Facundo (1845) desaparecieron los viejos partidos Unitario y Federal y surgieron el Nacionalista y el Autonomista. 

El sucesor de Sarmiento fue Nicolás Avellaneda (1874-1880). En ese período se organizó formalmente la Campaña al Desierto, que había comenzado con pequeñas conquistas en años anteriores. Julio Argentino Roca fue designado Ministro de Guerra en 1878 e instrumentó el genocidio a los pueblos indígenas del sur de Argentina, que fue ocupado durante la Campaña

Roca, del Partido Autonomista Nacional, fue elegido Presidente en 1880 con su lema “Paz y Administración”. En los seis años de su primer gobierno se fijó un tratado de límites con Chile, se organizó el territorio nacional, se crearon los bancos Nacional e Hipotecario Nacional, se construyó el puerto de Buenos Aires y hubo una fuerte expansión de los ferrocarriles (de 1300 kilómetros de vías en 1880 a 9400 kilómetros para el comienzo de 1890). 

Miguel Juárez Celman llegó al cargo de Presidente en 1886 y su gobierno fue designado como unicato, ya que no estaban permitidas las disidencias. Benefició la obra pública, pero no pudo mantener la estabilidad económica y, ante las crecientes protestas de nuevos actores sociales, como anarquistas y socialistas, renunció en 1890. En ese tiempo se produjo la Revolución del Parque (1890), debido al autoritarismo y la crisis económica. Al año siguiente se dividió la Unión Cívica y se formó la Unión Cívica Radical (UCR), a cargo de Leandro Alem

A Celman lo siguieron en el cargo su vicepresidente Carlos Pellegrini (1890-1892), Luis Sáenz Peña (1892-1895, renunció) y el vicepresidente de Sáenz Peña, José Evaristo Uriburu (1895-1898). Después de este período se produjo el segundo mandato de Roca, en el que se firmó un nuevo tratado con Chile (1902) donde nuestro país se comprometía a no injerir en los asuntos internos del país trasandino. Su segunda presidencia concluyó en 1904. 

Julio Argentino Roca siguió influyendo en la política argentina hasta su muerte, el 19 de octubre de 1914, y dejó como principales legados la ampliación del territorio de nuestro país hasta Tierra del Fuego, el modelo económico agroexportador y la profundización de las divisiones de clases sociales.

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