La historia, con diferentes matices y distinto trasfondo político, se repite. El asesinato de Mariano Ferreyra, de 23 años, militante del Partido Obrero (PO) y dirigente estudiantil, trae a la memoria a la "Masacre de Avellaneda", en la que murieron Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, en junio de 2002.
Con una realidad social, política y económica muy distinta a la del 2002, todavía existen algunos vándalos que encuentran en la violencia la única forma de imponer sus ideas.
Ferreyra, dirigente de la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA) en Avellaneda, delegado del PO y militante de la Unión de Juventudes por el Socialismo (UJS), se conmovió en 2001 por las movilizaciones y decidió formar parte de ellas.
Su militancia se acrecentó a partir del 26 de junio de 2002, cuando tenía apenas 14 años. Ese día participó de la marcha que concluyó con los crímenes de Kosteki y Santillán a manos del comisario Alberto Franchiotti y otros policías de la Bonaerense y motivó el muy recomendable documental "La crisis causó 2 nuevas muertes".
Ayer Ferreyra reclamaba junto a organizaciones de izquierda la reincorporación de empleados tercerizados de la línea Roca. Iban a cortar las vías del tren en la estación Avellaneda, pero fueron emboscados por integrantes de la Unión Ferroviaria (UF), que los persiguieron hasta Barracas.
Según la versión del diario Prensa Obrera, del Partido Obrero, en ese momento la Policía Federal abrió el cordón y dejó pasar a quienes serían los asesinos. Hubo dos tiradores, uno con un revólver calibre 38 y otro con una 22, que tiraron a matar y lo lograron: Ferreyra recibió un disparo en el tórax. Elsa Rodríguez, de 56 años, está aún herida de gravedad y con riesgo de muerte y Nelson Aguirre, de 30 años, salió hoy del Hospital Argerich.
El titular de la UF, José Pedraza, defendió a la patota y justificó los incidentes. "Lostrabajadores ferroviarios impidieron el corte en defensa de sus fuentes laborales", sintetizó. Pedraza también aclaró que no descarta que haya sido uno de su gremio el asesino. Pablo Díaz, di rectivo de la UF, agregó: "No vamos a permitir ningún corte en las vías". Sin embargo, hoy a la tarde los empleados tercerizados cortaron las vías de la línea Roca. Es decir, hoy pasó lo que debería haber pasado ayer y sin incidentes.
Tanto la presidenta Cristina Fernández como el jefe de Gabinete Aníbal Fernández repudiaron ayer el asesinato de Ferreyra y pidieron investigar qué pasó y no dejar impune el caso. La Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) y la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) convocaron para hoy un paro nacional, los empleados del subte liberaron los molinetes entre las 15 y las 17, mientras que agrupaciones de izquierda se manifestaron en Plaza de Mayo para pedir justicia por su compañero.
Además de la "Masacre de Avellaneda", este crimen, producto de un enfrentamiento sindical, tiene como antecedente, entre tantos, a la gresca del 17 de octubre de 2006, cuando durante el traslado de los restos del ex presidente Juan Domingo Perón a la quinta de San Vicente, Emilio "Madonna" Quiroz, chofer de Pablo Moyano -hijo de Hugo, el secretario general de la CGT- disparó contra afiliados al gremio de la construcción (UOCRA) y casi provoca una tragedia.
Cuando había la sensación en la sociedad de que se había acabado este modo criminal de dirimir las discusiones, el homicidio de Ferreyra abre nuevos interrogantes sobre la responsabilidad de la policía, la "criminalización de la protesta" y dejará a la vista de todos la investigación judicial.
Eduardo Duhalde, organizador de los saqueos de diciembre de 2001 y presidente al momento de los asesinatos de Kosteki y Santillán, pagó su desidia y adelantó las elecciones de 2003 para reducir su propia crisis. ¿Cómo pagará el responsable de este repudiable crimen?